Twitter y sus cookies..

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Entre los grandes desafíos que tienen ante sí las sociedades del siglo XXI, tales como el cambio climático, el envejecimiento poblacional, la lucha contra las desigualdades o el control de uso de nuestros datos personales por las redes sociales, destacamos este último por su poder de transformación sobre el progreso humano.

Los gobiernos, desde la regulación y educación de sus ciudadanos, tienen la oportunidad de garantizar la dimensión humana en la inversión, desarrollo y uso de las redes sociales. Si bien las grandes referencias que actualmente tenemos son el ‘gran hermano’ chino, que explota los datos para el control de sus ciudadanos, y Estados Unidos, cuya principal preocupación es el beneficio económico, la UE esta tratando de erigirse en actor principal como garante de la ética y protección de los consumidores, tal como ya lo hizo con otras regulaciones complejas como la del cambio climático, la energía nuclear o la clonación, pero en latinoamerica vamos muy tarde en la carrera, solo algunos visionarios como @Martinleguizamon_1 @gmzamora @abgeduardocespedes por citar algunos han denunciado el mal uso que se le está dando a nuestros datos personales. A la larga, solo irá a la cabeza la tecnología que goce de la confianza de las personas.

En las organizaciones existe una creciente toma de conciencia de los aspectos éticos del riesgo en el mal uso de los datos personales de los usuarios. Ante la falta de regulación, algunas establecen pautas de autorregulación, otras impulsan y supervisan toda iniciativa sobre su uso ético mediante la creación de códigos y comités de ética específicos. En todo caso, será prioritario que en las empresas sean las personas quienes lideren la tecnología y no a la inversa.

Respecto a los ciudadanos, resultará fundamental que estos adquieran el conocimiento y competencias digitales necesarias para poder liderar esta transformación. Los miedos de que las redes sociales y su influencia marquen tendencia, genera temor, buscando sustituir emociones hasta ahora exclusivas de los humanos como son las capacidades cognitivas de aprender, analizar, comunicar o comprender las emociones humanas, y es que hasta la propia intuición no deja de ser un reconocimiento de patrones. Sin embargo, la mejor forma de proteger a los humanos no será la de competir contra el mal uso la tecnología sino, desde la cualificación, centrase en su control para una correcta aplicación y uso.

Si bien hemos comprobado con la crisis desatadas durante el 2020 que la ética y los valores en cualquiera de sus órdenes facilitan sociedades más unidas, robustas y equitativas, cuando hablamos de redes sociales y de dotar de ética a las mismas no será tarea fácil, pues en la medida en que estas toman como referencia la inteligencia humana y nuestros valores no siguen un patrón universal en todas las personas, organizaciones, sociedades, culturas o épocas, será muy difícil eliminar todos los sesgos y prejuicios ya sean estos conscientes o inconscientes.

En razón a ello la Agencia Española de protección de datos, sancionó a Twitter con una multa de 30.000 € de sanción por infracción de la normativa sobre el uso de cookies.

Al contrario de lo que algunos piensan, las cookies no son spam, ni gusanos informáticos, ni ningún otro tipo de virus extraño. Son unos archivos informáticos diminutos enviados por los sitios web que se almacenan en nuestro navegador y que obtienen datos sobre nosotros. Estos pequeños programas-espía consiguen información clave para la publicidad en internet, especialmente en lo que respecta a los avisos publicitarios personalizados. El trabajo de las cookies es «contarles» a las marcas y empresas cómo nos comportamos en internet para colocar anuncios de acuerdo con nuestros gustos e intereses.

Twitter en su página (https://help.twitter.com/es/rules-and-policies/twitter-cookies) dice lo siguiente “Las cookies son pequeños archivos que los sitios web colocan en tu computadora cuando navegas por la Web. Como muchos otros sitios web, Twitter, Periscope y el resto de nuestros servicios usan cookies para descubrir de qué manera la gente utiliza nuestros servicios y para ayudar a que funcionen mejor

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La infracción in comento se tipificó como leve pero se graduó en su máximo importe teniendo en cuenta:

1 La existencia de intencionalidad,

2 El plazo de tiempo durante el que ha venido cometiendo la infracción, al ser la reclamación de mayo de 2018,

3 La naturaleza y cuantía de los perjuicios causados, con relación al volumen de usuarios a los que afecta la infracción, al tener más de 4 millones de perfiles registrados en España,

4 Los beneficios obtenidos por la infracción y por el volumen de facturación a que afecta la infracción.

En definitiva, el futuro puede ser fantástico, pero cualquier sociedad está expuesta a un colapso ético y social, por eso debemos reflexionar y aceptar que la ética de las redes sociales es un asunto de todos, y que solo desde la educación de hoy se podrán hacer frente a los retos y desafíos de las generaciones del mañana, pues como decía Marie Curie, «no debemos temer nada, solo debemos entenderlo».

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