Accidentes deportivos: quién es el responsable.?

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La práctica de determinados deportes conlleva casi siempre ciertos riesgos de accidentes. La persona que practica un deporte o actividad los acepta implícitamente. A veces, sin embargo, otras personas son responsables en caso de accidente.

Aceptación del riesgo 

Como atleta, acepta correr los riesgos inherentes a las actividades que elija practicar. ¡El riesgo de lesiones y accidentes que corres es mayor que el del jugador de dominó o el de los seguidores del yoga!

Por lo tanto, la teoría de la aceptación del riesgo se explica de la siguiente manera: como atleta, acepta enfrentarse a los peligros habituales, ordinarios y normalmente previsibles asociados con una actividad. Esto significa que usted es el único responsable de sus elecciones y que no puede culpar ni demandar a nadie si se materializan los riesgos habituales y normalmente previsibles asociados con una actividad.

Por ejemplo, si tienes una mala caída en y te rompes una pierna y un brazo, será muy difícil que el patrono sea condenada por tu percance, a no ser que haya habido culpa por su parte.

Los tribunales a menudo han tenido que considerar, en el contexto de las acciones de responsabilidad civil, la teoría de la asunción del riesgo. En algunos casos ha tenido como resultado la inadmisibilidad de la pretensión de la víctima o la reducción de la indemnización que ésta reclamaba.

Atención ! La asunción de la defensa del riesgo no siempre tiene éxito. Es necesario, como víctima, que fueras consciente del riesgo que corrías, que lo consintieras con pleno conocimiento de causa y que fuera el riesgo previsto el que se materializó. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta los hechos de cada caso.

Además, la aceptación de riesgos se refiere únicamente a los riesgos normales de la práctica de un deporte y no a las faltas cometidas por terceros.

Los “riesgos inherentes a una actividad o un deporte” 

Hay riesgos inherentes a una actividad o un deporte cuando éstos son normales o previsibles en el marco del deporte o de la actividad que se practica. Por ejemplo:

  • deportes que involucran una pelota, como el béisbol; se considera previsible que la pelota no siempre siga el camino que espera el bateador y que pueda lesionar a alguien. El riesgo se evaluará según el nivel de pericia del jugador, las medidas de precaución que haya tomado y su reacción;
  • deportes de contacto, como el hockey o el fútbol; se considera normal que haya colisiones entre dos jugadores en movimiento.

No obstante, quedan excluidos de los riesgos normales, los accidentes derivados de golpe intencionado, excesiva brusquedad o incumplimiento de las reglas del juego o de las normas de seguridad aplicables. Así, el participante en un deporte que no respete una de estas reglas puede ser considerado responsable de los daños causados ​​a otra persona en estas circunstancias.

Los medios o servicios mecánicos puestos a disposición de los deportistas para la práctica de su deporte,  se encuentran entre los elementos que se incluyen en los riesgos inherentes a la práctica de un deporte. No obstante, en la medida en que estos medios mecánicos se encuentren en mal estado o sean utilizados negligentemente por quienes los supervisen, podrá comprometerse la responsabilidad del propietario del local o del explotador del polideportivo.

Lo mismo ocurre con la calidad de las instalaciones a disposición de los deportistas. Si hay un agujero enorme en la cancha en la que está jugando y no se advierte a los jugadores, el patrono podría ser considerado responsable si se lesiona y continúa.

Deportista principiante o experto: ¿riesgos diferentes?

No. Los tribunales evalúan las circunstancias específicas de cada caso. Para determinar el alcance del riesgo que la persona ha asumido al practicar una actividad o un deporte, se tienen en cuenta en particular:

  • la edad de la víctima;
  • su grado de experiencia;
  • su nivel de competencia en un deporte;
  • su conocimiento del lugar.

Estos criterios pretenden separar el desconocimiento del riesgo de la pura y simple imprudencia. La imprudencia de un deportista experto no se perdonará fácilmente. De hecho, una persona puede, debido a su experiencia, prever un peligro que estaría más allá del conocimiento ordinario de un principiante.

¡Pero cuidado! La inexperiencia no lo excusa todo. Una persona que se inicia en un deporte tiene la obligación de estar atenta a las advertencias y consejos que le den las personas más experimentadas que le acompañan. Si no está acompañada, tiene la obligación de informarse con personas experimentadas.

Aceptación del riesgo del espectador 

Como espectador, debe aceptar los riesgos inherentes a los deportes a los que asiste. Si asiste a un juego de softbol, ​​debe aceptar que una bola de foul puede caer ocasionalmente en las gradas ocupadas por los espectadores. En este contexto, tienes la obligación de estar alerta y prestar atención al juego.

También debe respetar las instrucciones de seguridad establecidas por los organizadores del evento. De hecho, si asiste a una carrera de vehículos todo terreno, solo puede culparse a sí mismo si se coloca más allá de las vallas de seguridad y ocurre un incidente.

Responsabilidad del atleta 

Es cierto que la valoración de la falta del deportista a veces es difícil de hacer, especialmente cuando el juego en el que participa se desarrolla a muy alta velocidad o cuando los contactos están permitidos por las reglas del juego.

Sin embargo, se ha sostenido que un Deportista debe ser considerado responsable de los daños infligidos a otro Participante cuando ese Participante:

  • no siguió las reglas del juego e infligió lesiones a otro participante;
  • fue excesivamente duro dada la situación;
  • golpear maliciosamente a otro jugador.

Por lo tanto, los atletas tienen todo el interés en ser cuidadosos y respetar las reglas del juego y las normas de seguridad que se aplican a su deporte.

La responsabilidad del titular de las instalaciones deportivas 

El explotador o propietario de instalaciones deportivas tiene la obligación de actuar con responsabilidad para garantizar la seguridad de las personas que frecuentan su establecimiento. Debe, en cierto modo, tomar los medios necesarios para contrarrestar los peligros previsibles y evitables:

  • sus instalaciones deben cumplir con las normas de seguridad aplicables al tipo de establecimiento (no puede, por ejemplo, instalar plataformas que no cumplan con las normas de seguridad para ahorrar costos);
  • sus instalaciones deben estar libres de trampas (no puede, por ejemplo, dejar un trozo de chapa en un pasillo de esquiadores sin señalar su presencia).

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